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¿Es legal cambiar la cerradura de la puerta de un piso de alquiler?

El proceso de alquilar una vivienda suele generar muchas dudas tanto al propietario como al inquilino. Una de las cuestiones más frecuentes tiene que ver con el cambio de la cerradura de la propiedad arrendada.

Siempre es recomendable cambiar la cerradura por motivos de seguridad al mudarse a una nueva vivienda. Sin embargo, cuando se trata de un piso de alquiler, surgen dudas: ¿es posible cambiar la cerradura? ¿Quién debe asumir el costo? ¿Es necesario obtener el consentimiento del propietario? En este artículo, responderemos todas las preguntas relacionadas con la cerradura en los pisos de alquiler. ¡Comencemos!

Como inquilino, tienes el derecho de cambiar la cerradura al entrar a una vivienda, ya sea que la alquiles o la compres. Es recomendable hacerlo por motivos de seguridad, ya que no se sabe cuántas copias pueden existir de las llaves entregadas por el propietario, y si todas las llaves antiguas fueron recuperadas.

De acuerdo con las leyes vigentes, cambiar la cerradura es un aspecto clave para garantizar la seguridad en el hogar, por lo que es un derecho que tienen los inquilinos para proteger su vivienda, incluso si esta es alquilada. El inquilino tiene derecho a cambiar la cerradura, asumiendo los costes de la sustitución del cilindro.

El cambio de la cerradura en una vivienda de alquiler puede suponer un coste de entre 80 y 100 euros para el inquilino.

Sin embargo, vuelven a aparecer nuevas dudas, ¿es necesario notificar al propietario sobre el cambio de cerradura? ¿Puede el propietario negarse al cambio de cerradura? ¿Es obligatorio darle una copia de la llave al propietario?

Lo que debes saber antes de firmar un contrato de alquiler

Antes de firmar un contrato de alquiler, es importante conocer los derechos y deberes que corresponden tanto al inquilino como al propietario. En cuanto al cambio de cerradura, el propietario no puede negarse a ello y no es necesario comunicarlo previamente ni entregarle una copia. Esto se debe a que el domicilio es inviolable según el artículo 18.2 de la constitución, y el código penal prohíbe al propietario entrar en la vivienda sin el permiso expreso del inquilino, tal como se establece en el artículo 202.

En resumen, no hay ninguna ley que obligue al inquilino a notificar al propietario del cambio de cerradura o entregarle una copia de las nuevas llaves. A pesar de ello, es recomendable avisar al propietario como una forma de mantener una buena relación entre ambas partes.

Si estás pensando en cambiar la cerradura de tu piso de alquiler por motivos de seguridad, no dudes en hacerlo, ya que tienes derecho a hacerlo como inquilino y usuario del inmueble.

Respecto a la entrega de una copia de las llaves, esto dependerá de la relación con el propietario y las preferencias personales del inquilino. Algunos prefieren que el propietario tenga una copia por motivos de seguridad, confiando en que solo accederá en caso de emergencia y con su consentimiento. Hay que tener en cuenta lo que establece el código penal, que indica que «el particular que no habite en la vivienda no podrá acceder sin consentimiento expreso». Por otro lado, como inquilinos, están obligados a entregar la antigua cerradura y las llaves al propietario, ya que son de su propiedad.

¿Puede el propietario cambiar la cerradura del piso de alquiler?

Durante el período de vigencia del contrato de alquiler, el propietario no tiene derecho a ingresar en la vivienda, y mucho menos a cambiar la cerradura.

Durante la vigencia del contrato de alquiler, el propietario no tiene derecho a cambiar la cerradura, incluso en caso de impago o desperfectos en la vivienda. Para protegerse ante estas situaciones, el arrendador deberá tomar medidas legales contempladas en la Ley de Arrendamientos Urbanos o contratar un seguro de vivienda de alquiler.

¿Es necesario reponer la cerradura original al finalizar el contrato de alquiler?

Para evitar problemas con el propietario, es recomendable volver a colocar la cerradura original si la has cambiado, para entregar el piso en las mismas condiciones en las que lo recibiste.